[La Grilla] Evil prevails

El reciente libro de Carlos Ahumada: Derecho de Réplica (Grijalbo, 2009), despierta suspicacias y morbo a muchos mexicanos. Y no es para menos, el hombre implica a media clase política en una serie de triquiñuelas, corruptelas y ajustes que, en principio, desembocan en los tristemente célebres video-escándalos.
Este asunto tiene muchas variantes, pero particularmente voy a señalar tres:

1. “Son todos narcos”. Desde el comodín para todo mal, Salinas, pasando por el panato y esa izquierda nuestra, hasta el obispo Onésimo, todos se han apresurado a desmentir encuentros, relación y dinero. Nadie sabía nada y nadie sabe nada. Es difícil de creer que toda la élite de este país pudiera estar coaligada de manera tan uniforme y racional como presenta Ahumada en su libro. Su relato indica una poderosa red que armónicamente plantea la estratagema del mal: destruir a López. Seguramente a más de uno se le cruzó por la cabeza o emprendió acciones para desprestigiar al tabasqueño; sin embargo, ¿es factible que una muy buena parte de la élite política estuviera coaligada y bailara al son de Salinas? ¿En verdad es posible pensar en este eje del mal tan perfectamente bien articulado y provechoso?

2. “Es un complot en mi contra”. Nadie duda de que las acciones del gobierno federal, específicamente del presidente Fox, para desestabilizar a López fueran claras y precisas. ¿Y López? ¿Este pobre hombre, la voz del pueblo, se acurrucaba en el seno de la patria esperando la bendición de las urnas? Nadie se plantea que el hombre estaba metido en el embrollo de manera absoluta. Su principal operador político y ex secretario particular menciona en el video que toda esa operación es del conocimiento de López; el dinero era para el financiamiento de campañas. Sólo hay dos posibilidades: o es muy estúpido y pensaba que el dinero le caía del cielo o sabía perfectamente el juego en el que estaba metido.

3. “Lo volvería a hacer”. Esta frase es la apoteosis de la corrupción política y la prepotencia. Simple y sencillamente Fernández le dice a los mexicanos: Me vale madres. Al poderoso Jefe Diego nada le quita el sueño, ni el enriquecimiento ilícito, ni el tráfico de influencias o los video escándalos. Y claro que lo volvería hacer, ¿quién se atreve a apresar el impune Diego?
Más allá de los complots, reales e imaginarios, que se puedan desprender de este asunto, el punto a tratar es la corrupción. Pero… ¿quién está investigando?, ¿a quiénes?, ¿bajo qué cargos?
Evil prevails.